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Te regalé una vida de susurros, palabras que solo viajarían de mi boca a tus oidos, a distancias tan cortas como lo son mis noches a tu lado, efímeras, soñadas, entre anhelos de medianoche y venganzas de despertares.
Te ofrecí parte de mí, de lo que soy y de lo que nunca llegaría a ser. Te prometí que recogería tus lágrimas en los momentos mas oscuros, en los trazos mas asperos de una vida. Y las guardé, llenando frascos de melancolía con ellas, con cada una de esas lágrimas y juntos las lanzamos al mar. Lejos, tan lejos como lo estan esta noche tus labios de los mios. Pero el ayerme devolvió aquellas lágrimas en forma de silencios en frascos de amaneceres.
Y te dí parte de mis ilusiones, pequeñas muestras de historias soñadas, para que solamente tu lashicieses realidad, para que las esculpieses con tus caricias. Soñando en color, días de un futuro que hoy ya es solamente presente gris.
No sé por qué cuando no estas son solo mis recuerdos los que sonrien por mí, tal vez porque te llevaste mi elixir, el que nacía en tu boca y moría en mis labios. Me desangro por momentos, mirando a la Luna muero en cada recuerdo, y mi piel arde mientras mi corazón se congela.
Pero mañana buscaré el Sol, que es capaz de secar lágrimas en la lluvia y dar luz a los rincones en penumbra, donde se esconde mi alma. Quiero volver a besar la piel de unos labios, volver a dibujar sonrisas, quiero morir por tí como tantas veces prometí hacer. Y hoy comprendí que aunque el invierno se muere, a pesar que se marche en silencio entre lenguas
de hielo y caricias de nieblas lejanas, esta noche comenzaré a buscarte entre las flores, las mismas que dan vida a sueños de primavera
Enviada por Agapito S.
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